En el post de hoy tomamos la temperatura al incipiente ecosistema startup en España para analizar los principales retos y particularidades que caracterizan a este tipo de empresas emergentes.

Vivimos en una era marcada por el boom de este tipo de compañías y el auge de los business angels que apuestan por invertir en startups, sobre todo en fase seed, buscando un supuesto “pelotazo”. De este modo, el aumento del volumen invertido por los fondos de capital riesgo en empresas startups desencadena nuevos retos a los que deberán enfrentarse las startups día tras día si quieren sobrevivir: conseguir viabilidad y rentabilidad. Por este motivo, muchas veces vemos fracasar numerosas compañías que se obsesionan demasiado en alcanzar cifras: «pierden el foco del negocio, sus promotores se centran en buscar una buena oferta de compra y acaban olvidándose del propio crecimiento», aseguran desde la asesoría financiera Ad&Law.

En este sentido, las startups se ven presionadas por el sector para continuar con el ansiado y esperado crecimiento, y tras haber dado entrada a varios fondos de inversión que les aseguren su financiación, dan el siguiente y último paso: salir a bolsa. Y es que tal y como asegura la directora de la escuela de formación bursátil Trading y Bolsa para Torpes, Francisca Serrano, «ser admitido en el Mercado Continuo es igual a ser una empresa fiable». De este modo, «una salida a bolsa da imagen de marca, aumenta la visibilidad de la compañía, inyecta capital para abordar proyectos y da mucha liquidez», añade Serrano.

Sin embargo, esta forma de financiación también tiene aspectos negativos, puesto que la startup pasa a estar regulada y obligada a publicar el estado de sus cuentas de manera periódica. Evidentemente, aunque se trata de un ejercicio de transparencia y honestidad, principios éticos tan valorados actualmente, no podemos obviar que al mismo tiempo, de esta manera se están dando pistas a la competencia. Este, entre otros, es uno de los motivos por los cuales en España hay poca tradición de salidas a bolsa de startups. Aun con la creación del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), especialmente indicado para compañías de pequeña capitalización, nos encontramos a años luz de otros países como Inglaterra o Estados Unidos, donde los mercados alternativos son realmente potentes. En España, ninguno de los grandes exits ha pasado por el MAB debido, en parte, a la falta de cultura de inversión bursátil.

En cuanto a rondas de financiación se refiere, debemos decir que en este caso, España no se sitúa en la tónica a la baja del conjunto de Europa. Y es que en el viejo continente, durante el primer semestre del año 2016, aun con un aumento del número de rondas de financiación (respecto al mismo periodo de 2015), el valor de las mismas ha sido ligeramente inferior, según datos del EY. En concreto, se celebraron 1.113 rondas de financiación, muy por encima de las 794 registradas el curso anterior, pero la recaudación cayó un 4%, al pasar de 6.698 millones a 6.400 millones. En España, en cambio, las rondas han aumentado tanto en volumen como en valor: se han celebrado 39 rondas de financiación frente a las 27 del año anterior y se han captado 248 millones, cifra mucho más alta que los 60 millones registrados en el año 2015.

En cuanto al ranking de las ciudades europeas con más operaciones realizadas, también podemos mostrarnos satisfechos. Pues aunque París logra la «pole position» con 178 operaciones cerradas, Barcelona obtiene el segundo premio en el ranking de ciudades con mayor crecimiento del número de operaciones, logrando un porcentaje de 200% en cuanto a crecimiento respecto al año anterior (con 21 operaciones registradas), después de Ámsterdam, que se sitúa como la líder europea en esta categoría con 24 rondas cerradas a sus espaldas.

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Fuente: El Economista, versión digital.