El sector Fintech es uno de los pocos que pueden permitirse la licencia de alardear de estar viviendo su “época dorada”. Ahora ya no solo es blanco de emprendedores con olfato de éxito, sino que también es objetivo de inversores que buscan el máximo rendimiento en sus inversiones.
¿Cuál es la situación actual de la ya llamada revolución Fintech? ¿Cuáles son sus factores de éxito?
El Fintech: muchos números, pero ninguno rojo
Claro queda que el sector del Fintech opera con números (grandes cantidades de números), pero el dato a destacar es que el color rojo no tiene cabida en esta lista. Los números Fintech pueden ser de cualquier color, menos rojos.
Si en 2014 este negocio movió unos 35 millones de euros, el año pasado, en 2016, esta cifra se elevó hasta los 206 millones de euros. Una cantidad nada desdeñable, al igual que el total de empleados en España, unos 3.000, repartidos entre 300 empresas.
Un dato que hay que destacar es la penetración de los smartphones en nuestra sociedad actual, que ha sido uno de los mayores detonantes de la revolución Fintech.
En esta línea, las empresas de este sector han sido muy hábiles al detectar una necesidad del mercado que todavía no estaba cubierta.
Los retos de las Fintech
Aunque los expertos auguran un futuro muy prometedor a las Fintech, estas todavía deben tomar una actitud precavida. Y es que lo cierto es que existen tres grandes retos que están ya poniendo a prueba a estas startups. ¿Serán capaces de afrontarlos?
- La seguridad en la gestión de datos: la sensibilidad de la información personal con la que lidian las Fintech exige que la ciberseguridad sea una de las metas principales del sector.
- Regulación financiera: el temor a una sobrerregulación en la industria del Fintech sobrevuela ya la mayoría de estas startups. Un marco normativo muy restrictivo podría cortar las alas a nuevas propuestas que se están empezando a cocer.
- Generar confianza: a pesar de que las Fintech sí que han logrado llamar la atención del público más joven, todavía le queda un trecho para conquistar a las compañías más tradicionales y de más trayectoria.
Kantox: del anonimato a la fama
Un claro ejemplo de éxito se puede encontrar en el seno de una startup española, Kantox. Esta nació con el objetivo de gestionar las divisas internacionales en el mundo empresarial. Un asunto que, como se diría en lenguaje informal, “trae cola”, por la complejidad que supone elaborar estrategias a nivel internacional en gestión de divisas.
No obstante, la confianza que ha sido capaz de generar Kantox ha quedado patente tras recibir más de 6 millones de euros de financiación proveniente de diversos fondos.
Y, como no podía ser de otra forma, Kantox es una de las startups que se encuentran en la cartera de Lánzame.
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