El dinero se une a los 1,8 millones iniciales que habían recibido de inversores individuales como José María Fuster (exdirector general de innovación del Banco Santander y expresidente de Openbank —»lo primero que hizo Fuster al salir del Santander fue invertir en ellos», dice un inversor cercano a la empresa—), Adeyemi Ajao (cofundador de Tuenti) o el propio Bernardo Hernández. Ahora, fuentes conocedoras de esta segunda ronda señalan que hasta PayPal barajaba entrar, pero finalmente se lo ha pensado dos veces… ¿para una posible compra futura?
«Eso no lo sabemos», sonríe Alex. «Ahora nos vamos a centrar en crecer. Hemos desarrollado casi lo mismo que los bancos han desarrollado con millones, pero sin apenas recursos. Eso va a cambiar». Verse, disponible como aplicación para iOS y Android, cumple con lo que promete: máxima sencillez. Para transferir dinero, basta con asociar el número de una tarjeta de débito o crédito, teclear la cantidad, seleccionar el contacto de la agenda y darle a enviar. Si la otra persona no tiene la ‘app’ instalada, recibirá un SMS para instalarla y canjear la transferencia. Si ya la tiene, aparecerá en su saldo. Para transferir ese saldo postivo a tu banco, solo hay que añadir el número de cuenta y enviar en un clic. Más fácil imposible. ¿También seguro?
«El sistema funciona con tecnología ‘blockchain‘ por debajo, y eso es una ventaja. Ahora mismo hay demasiado ‘hype’ con este tema. ‘Blockchain’ funciona en situaciones donde no confías en la otra parte, en un entorno descentralizado. Nosotros lo usamos como pura base de datos para no tener que construir todo desde cero. Nada más. Pero es cierto que aporta ventajas de seguridad. Si un atacante ganara acceso al sistema, no podría hacer nada, todo está cifrado. En la mayoría de los bancos, los datos están en plano. Si alguien les ‘hackea’, podría alterar la base de datos y crear (o retirar) dinero de la nada. Usando ‘blockchain’ como base esto no es posible», explica Borja.
Él conoce el mundo ‘bitcoin’ y ‘blockchain’ casi de memoria. Ingeniero de telecos, se adentró en la minería de ‘bitcoins’ en 2013. «Me fascinó. Conseguí una pequeña inversión y comencé a montar granjas de minería. Llegamos a tener la instalación más potente de Europa e hicimos bastante dinero. Pero luego vino la competencia de China, con granjas enormes, y no hubo nada que hacer», explica. Luego saltó a montar cajeros automáticos de ‘bitcoins’. Y funcionó. «Llegamos a vender varias unidades, ¡eran máquinas de 130 kilos!». Más tarde, conoció a Alex, quien le propuso solicitar una plaza en BoostVC, una aceleradora de Silicon Valley. La consiguió. Y ese fue el germen de Verse.
De Barcelona a San Francisco
«Estuvimos en San Francisco desde enero de 2015 hasta mayo. Allí desarrollamos un prototipo de ‘software’ para pagos desde el móvil. No estaba centrado en pagos entre personas, pero pronto nos dimos cuenta de que la gente lo utilizaba justo para eso, para enviarse pequeñas cantidades entre sí. Así que decidimos volcarnos en ello. Y así nació Verse en febrero de 2016″, cuenta Alex.
Ocho meses después, la aplicación ha logrado casi medio millón de descargas entre el App Store de Apple y Google Play, gestionado varios millones de dólares en transacciones, «aún no podemos dar cifras exactas», se excusan, y conseguido 8,3 millones de dólares de financiación de grandes entidades de EEUU. Todo sin apenas facturación. Es como funciona hoy en día: se invierte en talento y en potencial. Los ingresos ya vendrán.
Lopera, Rossell y Nieuwenhuis están convencidos de que será así, pero tampoco les preocupa. «Ahora mismo, enviar y recibir dinero es gratis. Solo cobramos en transferencias basadas en cuentas corrientes internacionales, un diferencial de tipo de cambio de entre el 1% y el 2%. Creemos que las transferencias deben ser gratis. A futuro, vemos mucha oportunidad en pagos para compras ‘online’. PayPal, los bancos o ‘apps’ como Stripe cobran entre un 1% y 3% de comisión… hay hueco para competir en precio, con comisiones del 0,3%. Sigue siendo rentable», explica Borja. También compiten en tiempos.
«Un ejemplo: Twyp, de ING, se anuncia como una ‘app’ instantánea, pero no lo es. Si recibes dinero de alguien y quieres disponer de ese efectivo en el momento, o tienes cuenta en ING o tarda un día en llegar. En nuestro caso, para los 10 bancos principales de España, el ingreso del dinero es instantáneo, puedes usarlo cuando quieras», dice Rossell.
De momento, los 8,3 millones servirán para pensar (un poco más) a lo grande: aumentar la plantilla actual de 12 empleados, crecer a nivel internacional y competir de tú a tú con Twyp, Stripe o hasta Square, la compañía de pagos con el móvil de Jack Dorsey, cofundador de Twitter, recién aterrizada en Europa. «Tenemos un montón de ideas, y ahora son posibles». Nada como un buen puñado de millones para ver el futuro de otro color.
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Fuente: Artículo escrito por Manuel Ángel Méndez de El Confidencial http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-10-24/startups-verse-paypal-pagos-moviles-fintech_1278268/.