Cada vez son más las personas que deciden emprender, ya sea por necesidad o por oportunidad. Mientras que algunos dejan su trabajo actual y deciden apostar por su negocio de ensueño, otros ven en alguna carencia común una oportunidad para generar dinero.

De hecho, tal y como os contamos en el post «Los business angels prefieren invertir en startups digitales«, España se sitúa en la media de los estados europeos con emprendedores motivados por la oportunidad. Sea como sea el aliciente que les lleva a emprender, casi todos “tropiezan”, desde el inicio, con un pequeño detalle: el dinero. Aunque es evidente que el dinero es necesario, la falta de capital nunca debería detener el nacimiento de una idea de negocio. Y es que es posible empezar un negocio sin una cantidad ingente de dinero propio o ajeno, solo se trata de saber cómo hacerlo.

Primero, tantear el terreno

Esta etapa a la que hemos llamado coloquialmente como “tantear el terreno” se le conoce como bootstrapping. Este término hace referencia a arrancar un negocio de manera prudente, sin poner toda la carne en el asador para así reducir los riesgos. De esta forma, se puede empezar creando una web corporativa, publicando un blog y gestionando unas redes sociales para ese negocio. En definitiva, generar contenido para ver cómo reacciona el target, y si funciona, ir ampliando el rango de acción online y offline.

Quedarse con lo indispensable

Una vez hayamos empezado a recibir ganancias, podemos pasar al siguiente peldaño, crear el modelo de negocio que tenemos en mente pero reduciendo los ítems necesarios para abrir una empresa; austeridad será nuestra máxima. Para emprender, no hacen falta muchos empleados ni una gran oficina. Si estamos arrancando, se puede reducir el coste de las nóminas por algunos socios que crean en nosotros. Además, se puede trabajar desde un despacho improvisado en casa o en un espacio de coworking, que es una opción cada vez más recurrente por profesionales freelance. Eso sí, los gastos destinados a las licencias y demás trámites administrativos y burocráticos se deben cumplir a rajatabla para evitar problemas legales futuros.

Buscar dinero fuera

Finalmente, se puede optar por encontrar financiamiento a través de inversionistas externos. La vía más fácil es recurrir a amigos, familiares y conocidos pero no todos tenemos, en nuestro círculo más cercano, personas con una capacidad económica suficiente como para ayudarnos. Por este motivo, desde Lánzame os recomendamos tratar de encontrar business angels, que cuentan con la ventaja de ser externos y por tanto, no estar atados a ningún vínculo emocional, y que si realmente ven posibilidades en vuestra idea de negocio, apostarán por vosotros. Nuestro modelo de inversión en Pledge Fund permite la flexibilidad que cualquier inversor y emprendedor desea.

Tanto si tienes una startup y crees que es disruptiva e interesante, tanto como si quieres invertir en startups, no dudes en contactar con nosotros.