En el sector del marketing, la estrategia Win-Win es de sobra conocida. Traducida al castellano, Ganar-Ganar, es aquella táctica que tiene como objetivo que todas las partes de un acuerdo comercial salgan beneficiadas. Si apropiamos este concepto en el mundo de las startups, es también totalmente válido: que se establezca un Win-Win entre el emprendedor y el inversor.

La estrategia Win-Win, dirigida a un beneficio principalmente tangible aunque también emocional, es practicada en las sinergias de negocio entre empresas, sobre todo entre profesionales de forma directa y es un punto clave en los negocios y actividades de networking, pues una parte aporta algo con la que ganará la otra pero a su vez, recibe el mismo favor.

De este modo, todas las fuentes de financiación de una startup, ya sean los conocidos business angels, los fondos de capital riesgo, los Pledge Fund como Lánzame, y las vías de financiación colectiva como el crowdfunding y el crowdlending se van a tener que poner las pilas. Los emprendedores han empezado a pedir, y ya no buscan tan solo a alguien que les dé capital para su negocio, sino que buscan beneficiarse, también de sus contactos o de su conocimiento. Pues hoy en día, el networking mueve miles de personas cada día, tan solo hay que echar un vistazo a la red profesional LinkedIn.

Según el experto Javier Megías, para aquellas compañías que se encuentran en fases iniciales de desarrollo, no solo se trata de obtener capital sino de obtener un acompañamiento en las siguientes rondas de financiación en el caso de que estas tengan lugar. A los inversores, puesto que asumirán una parte de la empresa, les conviene asegurarse de que sus valores están alineados con los de la organización. Como no, en esta relación salen todos ganando. De hecho, en el mundo anglosajón, que ya sabemos que siempre va un poco más avanzado y sobre todo en estos temas financieros, esta tendencia se conoce como smart money, es decir, dinero inteligente. El inversor profesional, que generalmente es un veterano en este sector, puede ofrecer muchísimo conocimiento y recomendaciones para el emprendedor, que normalmente tiene un perfil joven sin demasiada experiencia en los negocios.

Cabe decir que con esta relación Win-Win entre emprendedor e inversor siempre nos referimos a inversores profesionales, ya sean de una red de business angels o bien de fondos de capital riesgo e incluso aceleradoras en las que los mentores invierten a título personal a cambio de una participación de la empresa. Quedan excluidos, por tanto, los 3F’s de los que tanto hemos hablado en este blog: los conocidos como fools, friends and family, que serían esos “inversores” que apuestan por un proyecto con pequeñas cantidades a los inicios, cuando nadie más lo hace.

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Fuente: El Economista y Socialetic.